Jakub, profesor adjunto de inglés, nos
ha confirmado que la juventud checa (en general) no tiene prejuicios
referidos a los españoles, similar a la propia población jóven
española, que en su mayoría tampoco tiene prejuicios hacia los
checos. En cambio, los adultos piensan que nuestro tono de voz es
demasiado elevado, que dormimos demasiado, y que, en general, somos
vagos. Que pasamos el día de fiesta, razón por la que
nuestra situación económica es similar a la griega.
Otras de las afirmaciones, es que en
nuestro país hay una gran variedad de nacionalidades, pero en
cambio, en su país no es frecuente apreciar en sus calles la
presencia de extranjeros.
Por otro lado, están nuestros
prejuicios hacia ellos. Solemos pensar, aunque no tengamos mucha
información expuesta por los medios de comunicación, que los checos
son personas frías y reacias al contacto físico con desconocidos.
También podemos apreciar en nuestro profesor adjunto que los checos
tienden a ser más educados en público y con las personas mayores.
Por último, nos comenta que hay un
alto consumo de bebidas alcoholicas e incluso más de lo que se
suele pensar sobre la población española.
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